Público | Alicia Gutiérrez | Madrid
«Contar con el favor nada menos que del presidente de la Generalitat a quien se agasaja puede ser de una influencia determinante», dice el auto.
El discurso del PP según el cual los trajes de Camps valen política y penalmente lo que una lata de anchoas regalada por Navidad quedó ayer hecho trizas. Porque el auto del juez Florsno sólo subraya que dádivas de esa clase «no pueden incardinarse en el marco de la adecuación social» sino que abunda en una idea motriz: que el regalo de los trajes fue una pieza más en la estrategia urdida por la red Gürtel para lograr de la Generalitat un trato privilegiado. Lee el resto de esta entrada